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Casimiro Manuel Mainar Mainar

Su historia

Casimiro Manuel Mainar Mainar Nació en Vistabella de Huerva (Zaragoza) el 4 de Marzo de 1892
Deportado a Dachau el 28 de agosto de 1944. Nº de prisionero 94.115
Trasladado a Mauthausen el 16 de septiembre de 1944. Nº de prisionero 98.580
Fallecido en el kommando Melk el 29 de diciembre de 1944

Texto e información facilitada por Abel Mainar y Olga Garde Mainar

Casimiro Manuel era el mayor de once hermanos. Desde niño ayudó en las tareas agrícolas familiares e hizo viajes a Zaragoza transportando carbón y otros materiales, volviendo después al pueblo con útiles de menaje y enseres. Durante su juventud se interesó por la cultura y el desarrollo de su pueblo, manteniendo siempre unos ideales progresistas y republicanos. En 1918 contrajo matrimonio con Miguela Mainar con quién tendría seis hijos.

En las elecciones municipales del 12 de abril de 1931, militando en el Partido Radical Socialista, fue elegido alcalde de Vistabella de Huerva, cargo que desempeñó desde el 19 abril de 1931 hasta el 23 de enero de 1933. En ese tiempo, junto con otros alcaldes, trabajó para paliar los daños producidos por las frecuentes inundaciones y con el objetivo de mejorar la situación de los pueblos incomunicados de la zona, abriendo nuevos caminos vecinales.

Primera detención tras el golpe de Estado

Poco después de la sublevación militar contra la República, fue detenido por requetés navarros que se ensañaban especialmente con aquellas personas que habían ostentado cualquier cargo democrático. Aunque finalmente fue liberado, a finales de 1936 los grupos de falangistas recorrían los pueblos fusilando de forma indiscriminada. En enero de 1937, mientras Casimiro Manuel se encontraba en el campo, su hijo Abel, de quince años, oyó cómo varios falangistas afirmaban que iban a fusilar a cuarenta personas, entre los que figuraba su padre. Abel acudió a avisarle y ambos escaparon, sin pasar por el pueblo, llegando hasta la zona de Herrera de los Navarros, donde se encontraban las filas republicanas. Días después, su esposa Miguela sería detenida, durante unas semanas, junto con otras personas relacionadas con evadidos. Fue trasladada a Munébrega y sus hijos quedaron completamente abandonados. Unos familiares, afortunadamente, se hicieron cargo de ellos hasta que Miguela fue por fin liberada.

Casimiro Manuel y Abel se integraron en las milicias republicanas y pasaron por diferentes localidades (Azuara, Zaidín de Cinca, Caspe, Candasnos) en las que se dedicaron a labores agrícolas y colaboraron en la construcción de campos de aviación. En uno de los traslados, el camión que los transportaba sufrió un grave accidente y todos los ocupantes tuvieron que ser trasladados al hospital de Caspe. Tras largos días de convalecencia y recibir el alta médica, fue destinado a Muniesa (Teruel) donde participó en la construcción de otro campo de aviación. El empeoramiento de la herida que había sufrido en la pierna durante el accidente le hizo entrar y salir de varios hospitales hasta marzo de 1938. Hasta abril no pudo reencontrarse con su hijo. Lo hizo en la ciudad de Barcelona.

Ese mes Abel ingresó voluntario en el Cuerpo de Carabineros de la República en el que combatió hasta el final de la guerra. Casimiro Manuel entró a formar parte de la Guardia de Seguridad del Castillo de Montjuic, destino donde permaneció hasta la caída de Cataluña. En febrero de 1939 pasó a Francia con los retirados republicanos, huyendo de la represión franquista, siendo recluido en los campos de concentración habilitados por las autoridades democráticas francesas en las playas del sur del país.

Esa represión se manifestaba en España económica y penalmente. La Comisión Provincial de Incautaciones le instruyó, en ausencia, un expediente de responsabilidades políticas por "su actuación contraria al triunfo del movimiento nacional". El fallo establecía que o pagaba una multa de 600 pesetas o le embargarían todos sus bienes. La familia de su mujer, Miguela, pudo hacer frente a la sanción, evitando así el expolio. Más tarde, entre 1941 y 1945, se le instruiría dentro de la llamada "Causa General" un expediente por la muerte de un vecino del pueblo acaecida en zona republicana. De todos los testimonios recogidos, solo el comandante de la guardia civil lo incriminó.

Exilio, Resistencia, detención y deportación

Volviendo a 1939 y a Francia, Casimiro Manuel fue trasladado al Departamento de Lot, donde se incorporó al "554 Groupement de Travailleurs Étrangers" en el que realizó tareas agrícolas. Allí conoció a Francisco Orús, más joven que él y también aragonés, con el que trabó una gran amistad, discurriendo sus vidas paralelas hasta su deportación a Austria. Tras la invasión de Francia por parte de las tropas alemanas, siguió formando parte de grupos de trabajo en el sudoeste del país, donde los republicanos españoles eran activos políticamente y organizaban unidades armadas de la Resistencia.

Tras participar en una reunión clandestina, el 11 de noviembre de 1942 fue detenido junto a otros 9 compañeros en Sauzet. La redada formó parte de la operación represiva denominada por la policía de Vichy "l'Affaire Reconquista de España", llevada a cabo contra los republicanos españoles de la región Lot-et-Garonne. Fueron acusados de ser miembros activos del movimiento "Reconquista de España", calificado como "partido anarquista español", de constituirse en secciones locales, recaudar cotizaciones, distribuir y difundir panfletos.

Casimiro Manuel fue encarcelado en la prisión militar Furgole de Toulouse hasta el 3 de febrero de 1943, fecha en la que fue trasladado a la Maison d'Arrét Saint-Michel, en la misma ciudad. El 2 de junio de 1944 fue condenado, dentro de un proceso colectivo contra 131 inculpados, a 2.000 francos de multa y un año de prisión que ya había cumplido como preso preventivo. En lugar de ser liberado, el 16 de junio fue "afectado administrativamente" al campo de concentración de Vernet-d'Ariége, que sería disuelto y vaciado por los alemanes dos semanas después.

Junto a otros 402 detenidos de Vernet-d'Ariège, Manuel fue trasladado en camión a Toulouse, a la Casserne Caffarelli. Posteriormente, se les añadieron 150 prisioneros de la prisión Saint Michel y 24 mujeres. Todos fueron conducidos a la estación de tren de Raynal el 2 de julio, para partir al día siguiente camino de la deportación en el tristemente conocido como "Tren Fantasma". Este tren, uno de los últimos que transportó deportados durante la II Guerra Mundial, tardó dos meses en realizar un trayecto que habitualmente se realizaba en tres días. Cerca de 700 forzados pasajeros de diferentes nacionalidades, entre ellos unos 260 republicanos españoles, y un colectivo de unas 60 mujeres, atravesaron un país que luchaba ya por su liberación.

Continuamente ametrallado y saboteadas las vías por la Resistencia, el tren circulaba por los raíles que permanecían operativos. Su itinerario incluyó paradas de días, deshacer trayectos, 28 días retenidos en una sinagoga en Burdeos, 17 kilómetros de marcha a pie, en pleno agosto, entre Roquemaure y Sorgues, parada en Montélimar, más de un centenar de evadidos...y un oficial alemán empeñado en alcanzar su destino costara lo que costara.

Llegaron finalmente a Dachau, el 28 de agosto de 1944, aunque el "Tren Fantasma" continuó su infernal recorrido para dejar a sus pasajeras en el campo de concentración de Ravensbrück. Casimiro ingresó en Dachau con el número 94.155, siendo trasladado a Mauthausen el 16 de septiembre donde recibió la matrícula 98.580. Fue destinado al kommando de Melk, un subcampo en el que los prisioneros trabajaban en la construcción de una fábrica subterránea de rodamientos para la empresa Steyr-Daimler-Puch. Allí falleció el 29 de diciembre de 1944, según consta en los archivos de la Cruz Roja Internacional y en los del campo de concentración de Mauthausen, que añaden la hora, las 19, 10. Había contraído una enfermedad infecciosa: erisipela. En los límites de la resistencia, se lanzó a la nieve para intentar aplacar su sed, lo que le pudo provocar la muerte.

Así al menos lo relató Francisco Orús años después. Él y Casimiro Manuel se habían hecho una promesa durante su cautiverio: si uno de los dos moría, el otro contactaría con la familia de difunto para contarle lo sucedido. Francisco cumplió ese compromiso.

Fuentes: Abel Mainar, Archivo Histórico Provincial Zaragoza, Centro Memoria Histórica, Henry Farreny (L'Affaire Reconquista d'Espagne, Editions Espagne au coeur 2010), Amicale du camp du Vernet, Amicale du Train Fantóme, ONACVG de Toulouse

Con la colaboración de l'Amicale française de Mauthausen