Agapito Cuesta Sánchez
Nació el 16 de marzo de 1909 en Lanzahíta, Ávila.
Deportado a Mauthausen el 27 de enero de 1941. Nº de prisionero 5477.
Trasladado a Gusen el 8 de abril de 1941. Nº de prisionero 11.984.
Gaseado en el castillo de Hartheim el 29 de septiembre de 1941.
Crescencio Cuesta Sánchez
Nació el 22 de mayo de 1913 en Lanzahíta, Ávila.
Deportado a Mauthausen el 27 de enero de 1941. Nº de prisionero 5475.
Trasladado a Gusen el 8 de abril de 1941. Nº de prisionero 11.985.
Gaseado en el castillo de Hartheim el 29 de septiembre de 1941.
Texto y fotografías facilitados por Daniel Perrino, sobrino-nieto de Agapito y Crescencio Cuesta.
Los dos hermanos pasaron la mayor parte de su vida en América, en Cuba, debido a que sus padres, tras sufrir la desgracia de que uno de sus hijos matase a otro (tenían cinco hijos), y este también muriese de pena, decidieron vender todos sus bienes y empezar una nueva vida en aquel país.
Vivieron su infancia y gran parte de la adolescencia en el clima tropical cubano. Conocieron la Nueva York de aquellos "años locos", ya que el transatlántico que les llevó y les trajo de Cuba, hizo escala en la ciudad estadounidense.
Volvieron a un pueblo del centro de una España a punto del colapso y de una guerra que duraría tres largos años. Al producirse la sublevación militar y dar comienzo la guerra de España se alistaron en el Cuerpo de Seguridad y Asalto para defender la República.
En 1939 pasaron la frontera a Francia, junto a su hermana Inés, la mujer de Agapito, Alegría, y la hija de ambos. Tiempo después, las mujeres volvieron a España. Inés se encontró completamente sola: su padre había muerto en la guerra y a su madre la habían fusilado al terminar la contienda.
Agapito y Crescencio, tras una precaria estancia en un campo de refugiados francés fueron obligados a ingresar en 2ª Compañía de Trabajadores Extranjeros y combatir junto al ejército francés contra la Alemania nacionalsocialista.
Tras la derrota de Francia, en junio de 1940, fueron hechos prisioneros de guerra e internados en el frontstalag de Belfort. Después, trasladados al stalag XI-B en Fallingbostel, Alemania, donde recibieron los números de matrícula 87678 y 87680.
El 27 de enero fueron deportados a Mauthausen, poco después a Gusen y por último al castillo de Hartheim, donde eran gaseados los enfermos de los campos. Allí encontraron la muerte en el verano de 1941.
Durante la guerra de España se dio la circunstancia de que un teniente del ejército franquista fue capturado en la batalla del Ebro y recluido en el castillo de Cardona; Agapito le visitó en numerosas ocasiones e incluso le llevó alimentos, porque aquel hombre era de su pueblo, era su amigo, no era un enemigo. En 1941, el oficial estuvo en Alemania, en las localidades de Núremberg y Grafenwöhr, como componente de la División Azul. Años después contaba a su familia con tristeza que de haber conocido el destino de sus amigos hubiera ido a Mauthausen e intentado hacer algo por ellos.
En el año 1959 Agapito fue reconocido por las autoridades alemanas y francesas como deportado a Mauthausen y fallecido en Gusen. A su hermano, Crescencio, se le dio por desaparecido, puesto que no figuraba como deportado en ninguno de los campos. Fue condenado al olvido por TRES veces: como guardia de asalto, como deportado español y como persona, al darle la condición de desaparecido y no reconocerle como asesinado en Hartheim. Gracias al trabajo de historiadores, escritores y diferentes asociaciones se ha conseguido rescatarle del olvido como persona y librarle de la losa que pesaba sobre él como desaparecido.