Cesáreo Bustos Delgado

Su historia

Cesáreo Bustos Delgado Nació el 15 de marzo de 1908 en Santa Cruz de Mudela (Ciudad Real).
Deportado a Mauthausen el 27 de enero de 1941. Nº de prisionero 6.255.
Liberado el 5 de mayo de 1945.
Falleció el 2 de noviembre de 1982 en Septfonds (Francia).

Información facilitada por su sobrino Francisco Ferrón Bustos.

Futbolista, árbitro, directivo, herrero y mecánico. Cesáreo fue desde joven una persona con multitud de inquietudes. Simpatizante de las Juventudes Socialistas y más tarde del PSOE, combatió en la guerra de España contra las tropas franquistas, italianas y alemanas. En febrero de 1939 cruzó la frontera hacia Francia. Tras pasar por uno de los campos de concentración abiertos por las autoridades democráticas galas, se integró en una Compañía de Trabajadores Españoles con la que participó en la II Guerra Mundial.

Cesáreo fue capturado el 21 de junio de 1940 por las tropas nazis en la localidad francesa de Delle, muy cerca de la frontera suiza. Su primer destino como prisionero de guerra fue el frontstalag de Belfort y después el stalag XI-B de Fallingbostel. El 27 de enero de 1941 llegó a Mauthausen donde recibió el número de prisionero 6.255. En el campo de concentración estuvo en la barraca 15 del campo central. Allí consiguió sobrevivir durante cuatro años y medio hasta que fue liberado por el Ejército estadounidense.

En el verano de 1945 se instaló en la localidad de Lieusaint, donde rehízo su vida. Allí trabajó 15 años en una azucarera, hasta que las dolencias que arrastraba desde Mauthausen le obligaron a retirarse prematuramente. Siguiendo los consejos de sus médicos se trasladó a una zona más cálida, en la villa de Septfonds. Cesáreo y su esposa, la cordobesa Anita López Madueño, mantuvieron siempre las puertas abiertas de sus casas para acoger a artistas españoles como Gloria Merino. Casualmente, la vivienda fue el lugar en el que nació uno de los pioneros de la aviación francesa, Dieudonné Costes.

Cesáreo no pasó por alto que en Septfonds había existido un campo de concentración por el que habían pasado miles de españoles. Junto a otros compañeros, se propuso averiguar las identidades de los más de 80 compatriotas republicanos que fallecieron entre sus alambradas. Por ese motivo escribió al presidente de la Cruz Roja Internacional, solicitándole su ayuda. En una emotiva carta que se conserva en los archivos de ITS-Arolsen, Cesáreo explicaba que "desde que los enterraron, nadie se ha preocupado del cementerio; hasta llegar a tal extremo que por causa de la maleza y las zarzas era imposible pasar". El luchador castellano añadía que él y unos compañeros "estamos limpiando el cementerio y poniendo en cada tumba placas de cemento y también pondremos a cada uno su nombre y apellido". Cesáreo terminaba su misiva pidiendo al máximo responsable de la Cruz Roja que le enviara un listado con los datos personales de los fallecidos para así inscribir en las lápidas tanto la fecha de nacimiento como la de defunción de los caídos. Gracias a su trabajo y con el apoyo posterior de la FNDIRP (Federación Nacional de deportados e internados resistentes y patriotas) el cementerio se convirtió en un gran memorial, presidido por un monumento del arquitecto y deportado francés M. Linzeler. Inaugurado el 1 de octubre de 1978, por múltiples autoridades, intelectuales y artistas, hoy ya es cuidado por el Ayuntamiento de Septfonds. En él se siguen celebrando ceremonias de homenaje a los deportados españoles, franceses y de otras nacionalidades. El lugar fue y sigue siendo símbolo y referencia para todo el exilio español.

Con la colaboración de l'Amicale française de Mauthausen