Rafael Sivera Escrivá

Su historia

Rafael Sivera Escrivá Nació el 23 de febrero de 1923 en Alcira, Valencia
Deportado a Mauthausen el 14 de junio de 1941. Nº de prisionero 6.667
Falleció en Burdeos (Francia) en 1965
Información facilitada por el investigador José Sedano Moreno

Rafael fue el ribereño más joven deportado a un campo de concentración nazi. Antes de llegar a ese momento sabemos que estudió en escuelas católicas. Perdió a su padre siendo aún un niño, de modo que creció junto a su madre y a uno de sus hermanos. Tras la sublevación militar de julio de 1936 y el triunfo franquista en 1939, huyó del país con un tío del que desconocemos su identidad.

Estuvo confinado en el campo de concentración francés de Barcarès (Pirineos Orientales). Allí, fue uno de los miles de españoles que se alistó en la Legión Extranjera. Su primer destino, en el que recibió entrenamiento militar, fue en Aïn-Séfra (Argelia). Rafael, como el resto de sus compañeros, firmó un contrato para defender a Francia durante toda la guerra. Terminado su tiempo de instrucción fue enviado a Francia, formando parte del 11º Regimiento de Infantería Extranjero, Tercer Batallón.

Su unidad, al igual que el resto del Ejército francés, trató en vano detener la invasión alemana. El 21 de junio de 1940, con 17 años, fue capturado en Mirecourt (Los Vosgos, Francia) por las tropas nazis. Uno de sus primeros destinos como cautivo fue la localidad gala de Épinal, donde se encontraba un frontstalag o campo de recepción para prisioneros de guerra. El 25 de diciembre de 1940 fue trasladado al stalag XIII-D, situado en el barrio de Langwasser de la ciudad de Núremberg, donde recibió el número de prisionero 1.336. El 4 de marzo de 1941 llegó a otro campo de prisioneros de guerra, el stalag V-A de Ludwigsburg.


Mauthausen y el kommando Poschacher

El 14 de junio de 1941 Rafael atravesaba las puertas de Mauthausen junto a otros 16 españoles. A su llegada recibió la tradicional y cruel "bienvenida concentracionaria". Le quitaron todas sus pertenencias, le raparon el pelo, le desinfectaron, le dieron una ducha fría… Finalmente, le dieron el traje rayado con el triángulo azul y el número de prisionero 6667.

Tras dos años extremadamente duros, en el verano de 1943 los SS crearon el llamado Kommando Poschacher. A él fue a parar la mayoría de los españoles más jóvenes, entre ellos Rafael. El grupo trabajaba en la cantera que la empresa Poschacher tenía en el pueblo de Mauthausen. Allí las condiciones de vida eran infinitamente mejores que las que soportaban los demás prisioneros que trabajaban en la terrible cantera de granito que se encontraba junto al campo de concentración.

El 11 de noviembre de 1944 los miembros de este kommando fueron oficialmente liberados, y así consta también en la ficha de deportado de Rafael. En realidad disfrutaron, a partir de ese momento, de un régimen de semilibertad. Trabajaban para Poschacher u otras empresas civiles de la zona de Mauthausen y Linz, pero no tenían que regresar a dormir al campo de concentración.

En esa privilegiada posición, Rafael y sus compañeros del grupo resistieron hasta la llegada de las tropas estadounidenses. El mismo 5 de mayo de 1945 los integrantes del kommando Poschacher volvieron a atravesar la puertas de Mauthausen para reencontrarse con el resto de compatriotas que habían logrado sobrevivir. El célebre fotógrafo-prisionero Francesc Boix realizó varias instantáneas en las que se ve a Rafael armado con un fusil. Una prueba de que el alcireño se integró en el grupo de defensa y de seguridad que montó la organización clandestina de prisioneros. Su objetivo fue mantener el orden en Mauthausen tras la liberación y defender a los cautivos ante un posible regreso de los SS.


El último exilio en Francia

Un mes después de ser liberado, Rafael logró ser repatriado a Francia. Allí obtuvo un salvoconducto y el permiso de residencia que le permitió, no sin esfuerzo, acceder a un trabajo y un lugar en el que residir. El hecho de que los Aliados permitieran a Franco continuar en el poder, provocó que la inmensa mayoría de los supervivientes de Mauthausen no pudieran regresar a su patria.

Rafael se instaló en Burdeos donde conoció a la que sería su esposa, Madeleine Tejada, también de origen español. De esta relación nacieron dos hijos: Annie (1946) y Henri (1948). Mientras residió en esta localidad estuvo trabajando en una empresa de calderería. Según su nieto Sébastien, Rafael mantuvo hasta el final de su vida una intensa relación de amistad con Ramiro Santisteban, otro joven prisionero que estuvo con él en el kommando Poschacher. Mientras vivió, nunca quiso hablar con sus hijos de su paso por el campo de concentración. Sí sabemos que tenía muchísimas pesadillas nocturnas, según le contó a Sébastien su abuela Madelaine.

Mauthausen no solo le dejó secuelas psíquicas, sino también serias dolencias físicas. Tuvo muchos problemas de salud, principalmente por su maltrecho corazón, y en 1965, cuando apenas contaba con 42 años, un infarto de miocardio se lo llevó para siempre. Seis meses antes de fallecer, Rafael se había casado con la madre de sus hijos.

 

P.D.- Esta pequeña información no hubiera sido posible sin la colaboración de su nieto Sébastien Bacardats y por lo publicado en VIDAL, Ximo, y SENSO, Carles. La ignominia de l'oblit. Els valencians de La Ribera als camps d'extermini nazis. València: Universitat de València. 2017.

Con la colaboración de l'Amicale française de Mauthausen