Josep Mercadé i Arall

Su historia

Josep Mercadé i Arall Nació el 16 de julio de 1908 en Roda de Berà (Tarragona).
Deportado a Mauthausen el 6 de agosto de 1940. Nº de prisionero 3275
Trasladado a Gusen el 17 de febrero de 1941. Nº de prisionero 10.173
Fallecido en Gusen el 21 de diciembre de 1941
Texto e información facilitados por su hijo, Joan Mercadé i Rius, y por su nieto, Lluc Mercadé i Romeu.

Josep era hijo de Joan Mercadé i Rius y de Antònia Arall i Vives, dueños de una tienda de comestibles en Roda de Berà. Trabajaba de rabasaire de una parcela y también en una tierra arrendada, cerca de la playa, en la que había una noria para poder extraer agua y regar. Vivió con sus padres hasta que se casó, el 27 de junio de 1933, con Teresa Rius i Colet, también vecina de Roda de Berà. Fruto de su matrimonio nació su hijo Joan el 7 de septiembre de 1935.

Josep tenía estudios primarios y era autodidacta. Le gustaba escribir y leer. Estaba suscrito a un periódico y, cada día, hasta que no le llegaba por correo, no se iba a trabajar. Cantaba en el coro parroquial de la iglesia de Roda de Berà, pero debido a su posicionamiento de izquierdas, en un momento en que se empezaban a polarizar las ideologías, dejaron de convocarle y, al sentirse excluido, decidió no volver más.

En abril de 1933 participó en la constitución del Centre Esquerra Republicana de Roda de Barà, del cual fue elegido secretario. Durante los hechos del 6 de octubre de 1934, cuando el presidente de la Generalitat de Catalunya, Lluís Companys, proclamó el Estado Catalán de la República Federal Española, Josep formaba parte del Sometent local (grupos de civiles organizados para defender propiedades) que ocuparon el Ayuntamiento de Roda de Berà. La revuelta fracasó y numerosos vecinos del pueblo fueron encarcelados en un barco anclado en el puerto de Tarragona. Josep no fue detenido, pero al anunciarse una amnistía, tras la victoria del Frente Popular en las elecciones de febrero de 1936, se presentó en el barco para que le recluyeran y beneficiarse así de esa medida de gracia.

Cuando cinco meses después se produjo la sublevación militar contra la democracia republicana, Josep formaba parte del Comité Revolucionario de Roda de Berà. Ese mismo año marchó al frente de batalla junto a su quinta, muy probablemente en el río Segre. Su esposa iba a Cardona para verle, y en una ocasión llevó a su hijo Joan con ella.

Josep cayó herido en 1938 y fue hospitalizado en el Monasterio de Montserrat, reconvertido en hospital durante la guerra. Después tuvo unos días de permiso y volvió a casa, pero en el otoño de ese año regresó al frente. Su hijo Joan, a pesar de tener solo 3 años, aún recuerda el día en que le despidió junto a su madre en la Carretera Reial (actualmente N-340). Esa fue una de las últimas veces que lo vio o, tal vez, la última.

Exilio y deportación

Con la victoria franquista de 1939 y la retirada del ejército republicano, Josep buscó refugio en Francia, donde fue internado en el campo de concentración de Argelès. Desde allí realizó gestiones para exiliarse en México, donde tenía familia, pero no lo consiguió. Poco antes de la invasión alemana de Francia se incorporó a una Compañía de Trabajadores Españoles del Ejército francés. Con ella, fue destinado a la Línea Maginot junto a otros compañeros suyos como García, José Juncosa y Pere Isern, todos ellos del Camp de Tarragona. En junio de 1940 fueron capturados por los nazis y enviados a campos de prisioneros de guerra. Josep pasó por el Stalag XIII-A de Sulzbach-Rosenberg, desde el cual, el 19 de junio de 1940, envió una tarjeta postal a su madre en la que le explicaba su condición de cautivo. Posteriormente fue trasladado al Stalag VII-A (Moosburg) y de allí, el 6 de agosto de 1940, enviado a Mauthausen en un convoy en el que viajaban 398 republicanos. Josep y sus compañeros fueron los primeros españoles en atravesar los muros del letal campo de concentración. A su llegada recibió el número de prisionero 3275 y los SS le inscribieron en su libro de registro como "agricultor". El 17 de febrero de 1941 fue trasladado al subcampo de Gusen, conocido como El Matadero de Mauthausen. Allí logró sobrevivir durante diez meses, pero el 21 de diciembre fue exterminado y su cuerpo enviado al crematorio.

En enero de 1945 la embajada de España en Berlín comunicó por escrito a su esposa la defunción de su marido. Según este comunicado, su muerte fue ocasionada por una pulmonía. De sus compañeros más cercanos, Juncosa también pereció en Mauthausen. García y Pere Isern sí lograron salvarse. Este último porque era carpintero y su trabajo no era tan duro como el que hacían los que estaban destinados en la cantera. Joan, el hijo de Josep, localizó a Isern en París en los años sesenta. Allí le explicó que a Josep sus compañeros deportados le llamaban "padre" por su edad y su carácter serio. Joan jamás olvidará la emoción que sintió cuando Isern le entregó un encendedor y una fotografía de Josep.

Con la colaboración de l'Amicale française de Mauthausen