Tomás Iglesias Iglesias

Su historia

Tomás Iglesias Iglesias Nació en Casas del Monte (Extremadura), el 9 de junio de 1903.
Deportado a Mauthausen el 27 de enero de 1941. Nº de prisionero 5991.
Transferido a Gusen. Falleció el 8 de enero de 1942.

Texto y fotografías facilitadas por Anna Vidal Iglesias y Daniel Lanuza Vidal, nieta y biznieto de Tomás Iglesias.

Tomás se crió y pasó la mayor parte de su vida en su pueblo natal. A principios de los años treinta emigró a Cataluña. Llegó a Sitges hacia 1936, antes del inicio de la guerra, y trabajó en la fábrica de cemento de Vallcarca. Siguiendo sus ideales se afilió a la CNT-FAI, y como sabía leer y escribir ayudó a sus compañeros a entender los múltiples panfletos, carteles y periódicos políticos que se editaban en aquel momento.

En Sitges conoció a su compañera, Ana Carrión, con la que se casó el 18 de febrero de 1937. El documento que certifica la boda está emitido por el Comité de Defensa de Sitges y consta que contraen una "unión libre". En febrero de 1938, en época de bombardeos fascistas sobre la zona, nació su hija, a la que decidieron ponerle de nombre Llibertat (Libertad). Ya en pleno franquismo, su compañera Anita, como así la llamaban, tuvo muchos problemas con sus documentos, ya que las nuevas autoridades consideraban no válido su matrimonio por no haber pasado por la Iglesia. Fue obligada a cambiar el nombre de su hija y a bautizarla. Finalmente, se llamaría como su abuela paterna, Encarnación, pero seguiría siendo Libertad para su padre.

Tomás se alistó en la Milicias Antifascistas y en agosto de 1936 participó en el intento de conquista de Mallorca, que había quedado en gran parte en manos de los "nacionales", dirigida por el general Bayo. La operación acabó en fracaso y con la vuelta a casa de sus participantes. No sabemos mucho más de su participación en otros frentes. Solo que en febrero de 1939, coincidiendo con la caída de Cataluña, se retiró con otros compañeros hacia Francia. Para los que se quedaron, todo fue también muy duro. Los bombardeos de las ciudades que estaban a punto de caer fueron especialmente crueles los últimos días antes de la ocupación. Solo unos días antes de la entrada de las tropas fascistas, Sitges sufrió un bombardeo que provocó cuatro muertos y la destrucción de numerosas casas.

Tomás Iglesias Iglesias

Como tantos otros, Tomás Iglesias, una vez traspasada la frontera, acabó en el campo de concentración de Argelès. Para salir de las penurias, la miseria y el horror de esos campos, junto con otros compañeros decidió enrolarse en la 11ª Compañía de Trabajadores Extranjeros (CTE) del Gobierno francés. Su primer destino fueron los Alpes franceses, donde trabajó en la construcción de puentes y carreteras, como explicó en las cartas que pudo escribir a su familia desde allí. Sabemos también por sus cartas que luego pasó por La Condamine (Alsacia), para trabajar en el refuerzo de la Línea Maginot. Entre febrero y abril de 1940, las cartas fueron escritas en Gorze. La última que recibió su familia está datada el 22 de abril de 1940. A partir de ese momento su compañera ya no tuvo más noticias suyas.

Es conmovedor leer en sus cartas cómo se preocupa por su hija y su mujer o cómo le pide a Anita que le envíe fotos de las dos. Aún más emocionante es el párrafo en el que explica cómo está guardando para su hijita, en el interior de la maleta, las chocolatinas que le han dado por trabajar en la Compañía de trabajadores.

Por lo que contaron otros compañeros que pudieron sobrevivir, cuando las tropas de Hitler pasaron la frontera e iniciaron la invasión, los franceses ordenaron su retirada y llegaron a Épinal, lugar que la aviación nazi bombardeó y donde algunos de sus compañeros resultaron muertos o heridos. Sabemos, gracias a la documentación que se ha podido recuperar, que fue hecho prisionero por los nazis y que estuvo en el stalag XI-B de Fallingbostel, en Alemania, donde le asignaron el número de prisionero 86877. Desde ese lugar, fue subido al vagón que, en enero de 1941, le llevaría junto a sus compañeros al campo de exterminio nazi de Mauthausen, en la Austria anexionada por el Reich. Allí su número de "matrícula" fue el 5991. Tomás logró sobrevivir durante casi un año de trabajo extenuante en la tristemente famosa cantera de Mauthausen. Finalmente, fue trasladado al campo anexo de Gusen, un lugar destinado a exterminar a aquellos que ya no servían para el trabajo. De los 4.816 republicanos españoles que murieron en Mauthausen y sus subcampos, la mayoría, 3.959, fueron asesinados en Gusen. Según consta en la documentación oficial del campo, Tomás murió el día 8 de enero de 1942, tenía 38 años y una hija a la que apenas había podido conocer.

Aunque su familia no sabía nada de él, todos tenían la esperanza de que continuara con vida. Tuvieron que esperar a que acabara la Segunda Guerra Mundial para que la Cruz Roja les hiciera llegar la noticia de su muerte. Muchos años más tarde, Anita conoció el horror de los campos de exterminio a través del testimonio de los que habían sobrevivido y consiguió viajar al campo, en 1975, con la Amical de Mauthausen para rendirle homenaje.

Con la colaboración de l'Amicale française de Mauthausen