Eulogio Garijo Sainz

Su historia

Eulogio Garijo Sainz Eulogio Garijo Sainz
Nació el 11 de marzo de 1915 en Cervera del Río Alhama (La Rioja).
Deportado a Mauthausen el 3 de abril de 1941. Nº de pri-sionero 4018
Fallecido en Tandil, Buenos Aires (Argentina) en 2008

Información y fotografías facilitadas por su nieto Ricardo A. Garijo Goñi

Eulogio nació en una familia muy humilde y durante su infancia apenas pudo asistir a las clases que se impartían en el colegio de su pueblo. Durante su juventud fue tomando conciencia política, lo que le situó en una posición muy peligrosa cuando el golpe de Estado de julio de 1936 triunfó en La Rioja. Su hermano Miguel fue fusilado el 2 de septiembre de ese año y otro hermano falleció, tiempo después, en una cárcel franquista.

Eulogio se escondió durante tres años en casa de unos amigos. Durante el día se ocultaba en el interior de una gruesa pared. Él mismo construyó el pequeño refugio. Dado que era muy menudo de cuerpo, podía entrar por un minúsculo agujero que se tapaba después con un mueble. Él mismo relató a su familia, años después, que la casa era de su novia y que, a pesar de que su escondite estaba situado sobre la habitación del hermano de la chica, este nunca supo nada ni se percató de su presencia.

Una vez terminada la guerra de España, Eulogio recibió ayuda para escapar a Francia, a través de los Pirineos. Tras pasar por los campos de concentración abiertos por la democracia francesa, se integró en una de las compañías de trabajadores españoles del Ejército galo. Con ella realizó distintas tareas, como la tala de árboles, hasta que fue capturado, en junio de 1940, por las tropas alemanas y trasladado a un campo de prisioneros de guerra.

Al igual que el resto de los españoles, Eulogio fue víctima de las autoridades franquistas que pactaron con Hitler la salida de todos estos republicanos de los stalags (campos de prisioneros de guerra) y su deportación a los campos de concentración. El riojano fue interrogado por la Gestapo en el stalag de Trier y enviado a Mauthausen en abril de 1941.

Según los documentos que se conservan del campo de concentración, Eulogio fue trasladado a Gusen, el matadero de Mauthausen, el 24 de enero de 1944. En su ficha de prisionero, elaborada por los SS, aparece como "soltero", de profesión "zurcidor" y con un nuevo número de deportado: el 43257. En ese infierno logró resistir hasta que el 5 de mayo de 1945 fue liberado por las tropas estadounidenses.

Eulogio Garijo Sainz

Eulogio contó a su familia que durante su cautiverio intentaba "no meterse con nadie", no tener problemas. La clave de su supervivencia, según relataba, fueron tres: 1º Su juventud; 2º Su humor… un humor que nunca perdió; 3º Simplemente suerte. Él recordaba varios días en los que estuvo a punto de morir. En una ocasión, un kapo le lanzó un martillo que pasó rozando su cabeza. También contaba a los suyos cómo tuvo que aprender alemán a base de palos. Al menos en una ocasión fue castigado con una serie de golpes en el culo. Cada azote que recibía tenía que enumerarlo en alemán. Si se equivocaba, el tormento volvía a iniciarse desde el principio.

El hambre fue otra de las torturas que nunca pudo olvidar. Hasta su muerte, recordó los días en los que tuvo que comer hierba fresca, como si fuera una vaca. Una vez le enviaron a llevar un caldero con la comida de los perros. Al cruzar una zona del campo, otro prisionero le robó un poco de esa comida. Eulogio le gritó, pero el hombre escapó corriendo. Un oficial de las SS observó la escena y castigó duramente al riojano por no haber perseguido al desesperado ladrón.

Su situación mejoró cuando empezó a trabajar en la cocina del campo. Aunque les tenían muy vigilados, mientras pelaba patatas iba acumulando una especie de papilla en el hueco de la mano. Cuando el kapo se distraía, él se apresuraba a devorar esa papilla.

Entre sus recuerdos siempre destacó lo mucho que le impresionó ver morir a doctores, políticos, gente de dinero, con muchos estudios, abogados... Ellos iban muriendo y él seguía vivo.

En otra ocasión le pasó algo muy extraño. Cada cierto tiempo veía a un prisionero que, de repente, estaba muy gordo y luego desaparecía. Al tiempo otro caso igual. Y otro…Hasta que le pasó a él. Se levantó un día y estaba completamente hinchado. Sabía que tenía que ir al revier (la enfermería) porque no podía trabajar… sabía que le iban a matar. Tenía que pensar rápido. Al llegar al revier le atendió el kapo encargado del lugar. Al verle, el enfermero comenzó a cargar una jeringa con gasolina. Era el método de eliminación más habitual en el revier de Mauthausen. Eulogio se fijó entonces en que el kapo llevaba un jersey muy agujereado. Como él había trabajado de alpargatero y zurcidor, le preguntó: "¿No quiere usted que le arregle el jersey? Yo se lo puedo zurcir y quedará como nuevo". El kapo aceptó y quedó contento con los zurcidos que le hizo Eulogio. Por ello le dio una inyección diferente que le mantuvo, según recordaba, "toda la noche meando". Al día siguiente ya no estaba hinchado.

Terminada la guerra se dirigió a Berlin y, finalmente, a Francia. Allí se casó con Maruja Andrades, una andaluza que había colaborado con la Resistencia y que, sin embargo, no quería hablar nunca de sus vivencias durante las dos guerras. Tuvieron un hijo, Quito, y al declararse la guerra en Indochina decidieron marcharse a Argentina, donde tuvieron otro hijo, Ricardo. Allí vivieron toda su vida, en la ciudad de Tandil. Su familia les llamaba cariñosamente Pepé y Memé.

Eulogio falleció en el año 2008, con 93 años de edad.

Su hijo Ricardo (fallecido en 2009, artista plástico y escritor) escribió una novela de ficción basada en los relatos de su padre: Los Cielos de Piedra. El traje a rayas de Eulogio fue donado al museo del fuerte de Tandil por su familia, donde tiene un lugar reservado como personaje ilustre de la ciudad.

Con la colaboración de l'Amicale française de Mauthausen