Portada Los culpables El «camarada» Stalin

El «camarada» Stalin

Stalin desconcertó a medio planeta e indignó a buena parte de los militantes y simpatizantes comunistas el 23 de agosto de 1939. Apenas una semana antes de que Hitler iniciara la ocupación Polonia y diera comienzo oficialmente la Segunda Guerra Mundial, la URSS y Alemania suscribieron el llamado "Tratado de No Agresión". El Führer había conseguido el objetivo que le faltaba para lanzarse a la invasión de Europa, contar momentáneamente con la complicidad soviética y, por tanto, tener garantizado que su ejército no se vería obligado a combatir simultáneamente en dos frentes. El pacto germano-soviético, suscrito en Moscú, contenía un anexo secreto que solo se conocería al finalizar la guerra. En él, Hitler y Stalin habían acordado repartirse Europa.

Moscú mira para otro lado

Es en medio de ese contexto cuando los españoles fueron capturados en Francia por el ejército de Hitler. El pacto germano-soviético estaba en plena vigencia en el momento en que fueron enviados a Mauthausen y a otros campos de concentración. Existe un testimonio relevante que acusa directamente a Stalin de conocer la situación en que se encontraban los prisioneros españoles, entre los que había numerosos comunistas, y de negarse a mover un dedo por ellos. Se trata del discurso que pronunció, en junio de 1941, August Eigruber, gobernador nazi de Oberdonau, la región austriaca en que se encontraba Mauthausen. "Allí, cerca del Danubio, hay un gran campo de concentración. Hay 6.000 rojos españoles, aquellos revolucionarios españoles que se alzaron contra el fascista Franco, y que lucharon contra España por una España soviética. (…) Le ofrecimos aquellos 6.000 rojos españoles a Stalin y la Rusia soviética porque son luchadores por una revolución mundial. Y el señor Stalin y su Komintern no aceptaron. Ahora están en Mauthausen; están allí para siempre". Se trata de una afirmación clara pero que no cuenta con prueba documental alguna que la avale. Sin embargo, ¿por qué iba a mentir Eigruber? No parece que lograra ganar nada con ello. Hay otro hecho que contribuye a dar credibilidad a lo dicho por el dirigente nazi. Sí existen pruebas documentales que apuntan claramente a que las autoridades del Reich consultaron el destino de los prisioneros republicanos con la Francia de Pétain y con la España de Franco. En la lógica nazi de que se trataba de "rojos" españoles, "luchadores por una revolución mundial" como dijo Eigruber, extender esa consulta también a su aliado soviético no parece una opción nada descabellada.

La segunda traición

El fin de la guerra y la llegada de la ansiada libertad abrieron un último capítulo de humillaciones y sufrimiento para algunos prisioneros comunistas españoles. Stalin y la Internacional Comunista habían llegado a una "brillante" conclusión: quienes consiguieron salir con vida de los campos de concentración, solo pudieron lograrlo traicionando sus ideales y siendo cómplices del enemigo. Un importante número de los soviéticos que habían logrado sobrevivir al inhumano trato de los miembros de las SS, en lugar de ser recompensados por su patria, fueron acusados de espías o traidores y acabaron en los gulags. Esa doctrina caló en los partidos comunistas europeos y también en el español. Los miembros más destacados de la organización comunista en Mauthausen fueron llamados a comparecer ante la dirección del PCE, reunida en Toulouse. Allí fueron acusados de traidores y expulsados del partido. Mariano Constante, que había pasado casi 5 años en Mauthausen, no pudo olvidar nunca la frase que escuchó ese día: «Se nos dijo que si fuera un gobierno popular el que tuviera el poder, "mañana mismo os fusilaríamos"».

Con la colaboración de l'Amicale française de Mauthausen