Miguel Luciano Aznar Sesé
Su historia
Nació el 5 de julio de 1920 en Oto, Huesca.
Deportado a Mauthausen el 3 de noviembre de 1941. Nº de prisionero 3181.
Falleció el 17 de diciembre de 2011 en Tarbes, Francia.
Texto y fotografías facilitadas por Alfredo Álvarez, profesor de la Universidad de Alcalá (Madrid).
Miguel nació en el seno de una familia de agricultores. Tenía tres hermanas. A los 13 años ya trabajaba en tareas agrícolas. Con 16, se encargaba de la vigilancia de los pasos fronterizos.
En 1937, en la ofensiva republicana entre Biescas y Jaca, se ocupaba de tareas de abastecimiento, a lomos de mulas. En esa época presenció por primera vez los estragos de la guerra, los heridos, la sangre… En una ocasión le encomendaron que condujera un camión que, según pudo comprobar al levantar el toldo de la caja, estaba cargado de cadáveres. Participó en la excavación de trincheras, trabajo que realizaba por la noche, con el fin de evitar ser el objetivo de los ataques de la aviación.
Finalmente cruzó la frontera con un grupo de treinta españoles, procedentes de los pueblos cercanos a los Pirineos, por el paso de Aragnouet. Huían de las tropas rebeldes, que habían tomado las últimas posiciones republicanas en esta zona de Huesca.
En 1938, la Quinta del Biberón fue llamada a filas. Miguel entró de nuevo en España y se enroló en el ejército de la República, defendiendo la zona de Cataluña hasta que, huyendo de las tropas franquistas, regresó a Francia.
Entre marzo y diciembre de 1939 fue confinado en el campo de concentración de Argelès-sur-Mer. Se enroló en el Batallón de Cazadores Alpinos, cerca de Italia, y más tarde fue destinado a tareas de fortificación de la Línea Maginot.
Al producirse el ataque alemán y la debacle francesa, escapó y trató de buscar protección en Suiza, pero las autoridades no le admitieron y le expulsaron del país. Tuvo que regresar a Francia y fue detenido en Belfort.
Fue trasladado a Alemania, al stalag XI-A Altengrabow y, desde este campo de prisioneros de guerra, deportado al campo de concentración de Mauthausen.
Miguel recordaba la ocasión en que recibió una gran paliza por coger una piedra demasiado pequeña en la cantera para subir con ella las escaleras y llevarla al campo. También la dura disciplina a la que eran sometidos, los amigos que dejó en Mauthausen y la gran solidaridad entre los presos.
Fue gran amigo de Luis Perea, con el que compartió cautiverio en el subcampo de Steyr, que dependía del campo central de Mauthausen. Cuando Miguel se encontraba enfermo, Luis se jugó la vida para conseguir alcohol con el que darle unas friegas en el pecho. Miguel se recuperó. En este grupo de trabajo también coincidió con José Cabrero Arnal, quien le dedicó una caricatura.
En mayo de 1945 fue liberado en Steyr y regresó a Francia. Se casó con Jeannine y se instaló en la ciudad de Tarbes. El Museo de la Deportación de esta localidad ha sido el punto de encuentro de Miguel con los grupos de estudiantes que han asistido a escuchar el testimonio de su cautiverio en los campos nazis.
Miguel nunca quiso regresar a Mauthausen. Hasta 1962 no se atrevió a volver a su pueblo junto a su mujer, para presentarle a su familia. En la frontera, la Guardia Civil le sometió a un intenso interrogatorio.
En julio de 2000, el gobierno de Francia le concedió la Legión de Honor. Nunca tuvo reconocimiento por parte del ningún gobierno español.
Recomendamos ver el documental Adiós a la vida, de la televisión autonómica de Aragón, en el que varios deportados aragoneses supervivientes de Mauthausen, entre ellos Miguel Aznar, dan su testimonio sobre su cautiverio en el campo nazi. ENLACE EN YOUTUBE.