Manuel Alfonso Ortells

Su historia

Manuel Alfonso Ortells Nació el 20 de septiembre de 1918 en Hospitalet de Llobregat.
Deportado a Mauthausen el 13 de diciembre de 1940.
Prisionero nº 4564.
Falleció el 14 de noviembre de 2017 en Talence (Francia).

Manuel estudió dibujo en la escuela profesional de cerámica de Onda, Castellón, y trabajó de aprendiz con un dibujante litográfico, diseñando carteles para películas de cine.

Se alistó voluntario para luchar a favor de la República. Sin conocimiento ni autorización de su familia, se escapó de casa y se sumó a la Columna Durruti, que había llegado a Barcelona tras participar en la defensa de Madrid. Resultó herido en el frente y en 1938 obtuvo al grado de teniente.

Tras pasar la frontera estuvo en los campos franceses de Vernet y Septfonds. A finales de 1939 se alistó, «para escapar de la miseria y comer un poco más», en la 23 Compañía de Trabajadores Españoles, que operaba cerca de la frontera alemana.

Tras el comienzo de la ofensiva alemana y después de un largo periplo en el que trató de llegar a Suiza, el 21 de junio de 1940 fue capturado en Saint-Dié (Los Vosgos), cuando la Wehrmacht ya había rodeado toda la región. En el stalag de Estrasburgo pasó unos meses hasta que agentes de la Gestapo interrogaron, ficharon y separaron a los prisioneros españoles, más de 800, con el fin de enviarlos al campo de concentración de Mauthausen. Manuel llegó una fría noche en diciembre de 1940.

Escenas en el campo. Los más desesperados se arrojan a las vallas electrificadas. El resto trabaja en la cantera, bajo la atenta mirada del kapo.A su entrada les metieron en una barraca, retrasando el registro, al que eran sometidos los prisioneros, hasta el día siguiente. Manuel aprovechó esas horas para camuflar sus lápices y cuadernos, así como el dibujo que realizó de su madre en el stalag, que le acompañó durante su cautiverio.

Después de unas semanas de cuarentena, trabajó en la construcción de la carretera de Mauthausen; un trabajo tan duro que «si llega a durar quince días más no lo hubiera aguantado».

Su suerte cambió en mayo del 41. Fue seleccionado para trabajar en la oficina de los arquitectos, el Baubüro, copiando los planos para la construcción del campo. Ese puesto le salvó la vida, ya que le permitió permanecer bajo techo, resguardado del intenso frío del exterior y alejado de la crueldad de los kapos. También aprovechó para entrar en el servicio de limpieza de la barraca, lo que le proporcionaba un plato suplementario de comida. Se alojaba en la número 2, junto a otros españoles que también ocuparon puestos clave: barberos, oficinistas, cocineros… Manuel afirma que “siempre he tenido mucha suerte”, mientras recuerda el horror que le causaba cada tarde la llegada de los compañeros de la cantera, que tiraban de un carro en el que se amontonaban los cadáveres. Por las cartas que recibió de su madre conoció la muerte de uno de sus hermanos y, años después, de su hermana.

En su nuevo trabajo podía hacer dibujos a escondidas como regalos de cumpleaños para sus compañeros e incluso alguno pornográfico con el que obtuvo un poco de comida extra. Su firma era un pajarito, según él mismo afirma, «como símbolo del anhelo de libertad».
El día de la liberación, Manuel se dirigía a la oficina de arquitectos cuando presenció la llegada de las tropas americanas. Fue tan grande su emoción y alegría que sintió una fuerte opresión en el pecho y permaneció inconsciente durante unas horas.

El 29 de mayo de 1945 dejaba atrás Mauthausen y llegaba al hotel Lutecia en París, lugar de recepción de los deportados, donde se le proporcionó documentación y ayuda económica. De ahí, se dirigió a una casa de reposo en Saint-Jorioz, en la que se recuperó durante dos meses. Finalmente se instaló en Burdeos.

En 1984 escribió un pequeño libro sobre su epopeya, De Barcelona a Mauthausen. Diez años de mi vida, según sus palabras: «Todo de memoria, habiendo leído muy poco de los demás» supervivientes. Hizo 60 ejemplares de manera artesanal, para sus familiares, amigos y archivos. Posteriormente su libro fue editado por Memoria Viva.

Falleció con 99 años de edad en Talence (Francia), el 14 de noviembre de 2017.

Con la colaboración de l'Amicale française de Mauthausen